top of page

Actividades

ENCUENTROS EN LA NATURALEZA. 3ª salida: Dehesas de El Escorial y Navalquejigo

A lo largo del curso 2021-22, el Grupo de Sensibilización Ecosocial de la parroquia ha organizado tres salidas senderistas denominadas “Encuentros con la Naturaleza”, con el objetivo de hacernos conscientes de nuestro vínculo directo con el medio ambiente, que no es sólo un escenario de nuestras vidas o una fuente de recursos, sino el entorno natural al que estamos profundamente vinculados. En esta ocasión, 28 de mayo, la ruta que nos habían preparado, nos llevaba por un camino a través de las dehesas de El Escorial hacia el despoblado-urbanización de Navalquejigo. Así que, muy de mañanita, nos encontramos en la parroquia para desplazarnos juntos en transporte público, vía metro y cercanías. La verdad es que parecíamos niños de excursión...

 

Llegados a la estación de El Escorial, encontramos en seguida el camino, que discurría por una antigua vía ganadera, la colada de Navalquejigo, “carretera” secundaria que unía dos de las “autopistas” de la trashumancia ganadera: la Cañada Real Leonesa, que pasaba por El Escorial, y la Cañada Real Segoviana, que atravesaba Navalquejigo. Justamente, para proteger el alimento del ganado autóctono se cercaban una serie de terrenos, “defensas” -> “defesas” -> dehesas, en los que, entre robles, encinas y fresnos "desmochados" estaban las vacas paciendo.


Durante la ruta, de unos 10 km, pudimos admirar diferentes flores y plantas, tumbarnos en el heno, charlar y maravillarnos de la naturaleza. Debajo de un frondoso roble, que parecía que nos estuviera “defendiendo” de un sol veraniego, tuvimos un momento de rezo y de meditación. Hablamos de raíces, de la necesidad del agua viva, y de cómo conviven las “malas” hierbas con todo lo demás. Todo es necesario en el plan de Dios.

 

Llegado el mediodía, nos paramos a comer en una zona llena de perfumadas jaras, compartiendo viandas y chocolate, hablando y descansando… Una delicia compartir así.

 

Pero la verdadera guinda fue encontrar restos de una antigua iglesia, con su espadaña elevada, escondida entre malezas, en una zona con ruinas de un antiguo poblado, Navalquejigo, ahora rodeado de una inmensa urbanización. Aparecimos junto a la espadaña, y fue como dar una vuelta al pasado. Ahora es Bien de Interés Cultural de la Comunidad, y realmente merece la pena.

 

Al dirigirnos hacia la estación de las Zorreras, quizás porque tuviéramos una pinta "curiosa", una familia nos trató como peregrinos y nos ofreció agua. Mano de santo para unos cuerpos sedientos y unas almas agradecidas de un ofrecimiento tan desinteresado, que recordaba mucho la actitud que uno/a encuentra cuando realiza el Camino de Santiago.

 

Aprovechamos para recoger unas latas tiradas por allí, ya que con estas rutas intentamos ser lo más ecológicos posible. Ya en un “cercanías” lleno de gente, alguien propuso quitarnos los zapatos para tratar de dar un poco de pena y tener sitio para sentarnos; rotundamente denegada la propuesta, nos esparcimos, agotados/as, cansados/as y acalorados/as, con una presencia que espero no fuera muy desagradable para nuestros compañeros/as de tren. Al llegar al barrio acabamos el día con un refrescante helado (en La Tramontana, justo para darle un poco de publicidad).

 

En fin, un día súper agradable, compartiendo momentos, espíritu y naturaleza. ¿Qué más se le puede pedir?



bottom of page